Ayer (son las 6 de la mañana del día siguiente) fue mi cumpleaños... 34 ni más ni menos. La verdad es que me pongo a pensar y son bastantes, a veces pienso que muy bien aprovechados y otras que no tanto, depende del día, pero, sin duda, bien es cierto que no siento la edad que tengo, o quizá sí, pero veo que llevo una vida diferente que muchos de los treintaycuatroañeros que conozco, ni mejor, ni peor, diferente. Claro que pienso que podría ser más excitante y noto las carencias que te dan al cumplir algunos años (todavía mínimas), pero queda tanta vida por delante que tengo que seguir aprovechándola.
El caso es que ayer vinieron algunos amigos a casa, cociné un marmitako que me quedó buenísimo (la cocina mejora con la edad) y pasé un feliz cumpleaños. Es increible la cantidad de gente que me felicitó, sobre todo a través de redes sociales y se lo agradezco a todo el mundo. También a los que me llamaron desde mi tierra, lo cual me hizo mucha ilusión (incluido el colega Pagalday).
El día no pintaba muy bien porque estaba recién venido de Iurreta de visitar a mi sobrina (que preciosidad de niña) y había estado todo el lunes trabajando. Después, ayer mi cumpleaños, lo cual, no me gusta celebrar, pero, al final de la velada, descubrí que una buena compañía te hace la vida más alegre y los días que en principio van para tristes pueden cambiar.
No sé ni lo que estoy diciendo, son reflexiones de las 6 de la mañana....
besos
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