jueves, 16 de febrero de 2012

San Valentín

 
Aquí en Reino Unido, o por lo menos en Birmingham, hay muchas tradiciones, pero algunas (y cada vez más), en mi opinión, son bastante ridículas. Una de ellas es el día de San Valentín. Es como festivo más, donde la gente se auto obliga a regalar, los precios se doblan y es imposible encontrar una mesa en un restaurante. Trabajando en el mío, todavía recuerdo que allá por noviembre vino alguien a reservar una mesa para el día de los enamorados... no vaya a ser que se quede sin burrito y su novia se vaya a enfadar con él...
Pero es que este día es lo peor por muchas razones, yo por suerte no trabajé en el restaurante, aunque ya lo he hecho otros años y, aunque las propinas suelen ser muy buenas, no suelen ser suficientes como para aguantar las caras de los tortolitos como si ese fuese el único día que se quieren del año, regalos por el suelo, la comida y el servicio perfecto, no vaya a ser que se les arruine el día de San Valentín... como si fuera el día de su boda o de la comunión de la niña...
Y si vas con un amigo, en mi caso, o una amiga, en el caso de las chicas, a cenar a un restaurante, todo el mundo pensará que sois una pareja gay, o si vas con tu compañera de trabajo, en mi caso, de repente se convierte directamente en tu novia, ya que es inconcebible que ese día salgas con alguien que no sea tu novio, novia, marido o mujer.
Es un gran día para los floristas, vas por la calle y ves a dos de cada cuatro hombres con ramos de flores esperando o buscando a su amada para entregárselas... unas flores que al día siguiente costarán tres veces menos, pero bueno, como es San Valentín... no pasa nada. Es divertido porque ves de todo... el típico duro, con chupa de cuero, pitillo en boca y gorrilla para un lado, caminando como si estuviera balanceándose y con un ramo de rosas rojas pasión que le enternece del todo. O aquel que está esperándo a su amada en la parada de autobús y que ese día ha sacado la camisa de rallas nueva, con todos los botones atados hasta el último de arriba, con sus gafillas de pasta, difíciles de ver porque el ramo que claveles que llega es más grande que su cabeza y tronco, será difícil que le reconozca hasta la chica en cuestión, que cuando le vea pensará: "buff vaya coñazo de noche me toca con este pedazo de ramo, en el restaurante no sé donde lo voy a dejar y allá donde vayamos voy a tener que tenerlo conmigo" (el chico ya ha perdido un par de puntos). Eso sí, ella disimulará como si fuera el mejor regalo que ha recibido jamás, se le echará al cuello y él pensará que es el mejor y el más detallista.
Mejor no hablar de las tarjetas de felicitación, que también hacen el negocio, casi todas horteras y muchas de ellas de un tamaño ridículo (por grande). Y es que aquí en Reino Unido, si no das una tarjeta parece que no felicitas...
Lo que es difícil, yo en concreto, no vi a ninguna, es encontrar a una chica en las mismas circunstancias (con ramo de flores y tarjeta, esperando al hombre). Y es que ese día parece que nos olvidamos de todo y volvemos al pasado más retrogrado... el consumismo puede con todo en esta ciudad, es un día para que las niñas pidan y los niños den...
Eso sí, todas (y casi todos) cuando te ven, tengas o no tengas novia o novio, te desean un "Happy Valentine´s day!!" como si fuera el día de Navidad, Año Nuevo, Semana Santa, tu cumpleaños o las fiestas de Fornillos de Fermoselle... Que vivan los novios y que sigan disfrutando de San Valentín, que creo que es uno de los pilares del crecimiento económico de este país, donde un simple beso o un "te quiero" no son suficientes para demostrar tu amor!
Quizá a alguien, todo esto le parezca romántico y me alegro por ellos... a mí, simplemente, no.
Besos!

2 comentarios:

  1. Jejejeje vaya! eres el Grinch del Día de San Valentín!!!!!!!!! pero confieso que tienes razón, en esta vorágine de consumismo en la que vivimos hoy por hoy se inventan días para todo. En Venezuela, últimamente, el “día del niño” que se celebra el tercer domingo del mes de julio, se ha convertido en la manera en que los padres “piden disculpas” a sus hijos por la desatención que experimentan entre los días de Navidad y esos primeros seis meses del año, con lo cual, horas antes de ese tercer domingo de julio los centro comerciales de abarrotan de padres que compran compulsivamente regalos para sus hijos, mientras que el propio "día del niño" caminar por las calles, por los centros comerciales, entrar a comer en cualquier sitio de comida rápida, etc., es casi imposible, y te preguntas, dónde estaban todos estos niños???? Porque se encuentran por todos los rincones… en fin, parece que demostrar el cariño diario ya no se lleva, pare ello existe un día al año…
    Coro.

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  2. Vaya, es un poco triste, pero bueno, supongo que serán cosas de la sociedad moderna tan cómoda... La desgracia es que la gente se está acostumbrando a ello. Gracias por escribir!

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